Hacía tiempo que teníamos Les Grands Buffets en nuestro punto de mira. Habíamos intentado, sin éxito, ir varias veces, pero la alta ocupación que tiene el espacio había hecho siempre que optásemos por otro plan. Esta vez, sin embargo, fue la buena, y hace unas semanas tuvimos el placer de poder disfrutar de la gastronomía de Les Grands Buffets de Narbona en todo su esplendor, y de una visita previa por la ciudad de Narbona. ¿Y para llegar hasta Francia? Nada de coches, lo hicimos con Renfe y su nueva linea internacional, Renfe Sncf, que te lleva de Barcelona a Narbona en apenas dos horas. Un trayecto ligero y cómodo, perfecto para un fin de semana pero también para ir y regresar en un mismo día. ¿Queréis saber más sobre nuestra aventura con Renfe Sncf y Les Grands Buffets? Pues, ¡dadle al leer más!
Viajar con Renfe Sncf
Como decíamos, llegamos a Narbona de la mano de Renfe Scnf, el tren de alta velocidad que une España y Francia. Desde Barcelona, en apenas dos horas, nos plantamos en Narbona en un tren con wifi y con asientos de lo más cómodos. Todo un lujo. Narbona, sin embargo, no es el único destino que ofrece Renfe Sncf entre España y Francia. En total, podéis escoger entre un total de 21 ciudades diferentes, desde Toulosse a París, pasando por Burdeos, Lyon, Marsella o la Provenza.
¿Qué ver en Narbona?
Narbonne es una ciudad pequeña, con poco más de 50.000 habitantes, así que se puede visitar en su mayoría en un par de horas partiendo de su centro neurálgico, su catedral. De hecho, os diríamos que no podéis pasar por la ciudad sin adentraros en su catedral gótica, Saint-Just-et-Saint-Pasteur con un coro único y bóvedas con más de 40 metros de alto. Tampoco os podéis perder el Palacio de los Arzobispos, pegado a ella y con muestras de arquitectura carolingia, románica, gótica y renacentista. Este complejo, además, incluye en su interior el Museo Arquológico de Narbona.
Desde allí, y dando un agradable paseo llegáis a la antigua Vía Domitia, en la actual plaza del ayuntamiento, y primera calzada romana construida en la Galia; y al Horreum Romano, una galerías subterráneas del sigo I.
Visitado el centro de Narbona, nos dirijimos directamente a lo que ahora mismo es uno de los mayores atractivos de la ciudad, Les Grands Buffets. Les Grands Buffets se ha consolidado con los años como una experiencia gastronómica de lujo a precio asequible, por lo que cada día decenas de personas se acercan a Narbona para conocer en su propia piel que es la experiencia Les Grands Buffets. Si queréis ir, de hecho, apresuraros en reservar, no esperéis a plantaros en Narbona y querer comer allí, porque os será imposible. Les Grands Buffets cuenta con una lista de espera de más de dos meses, así que si queréis ir, reservad primero. El menú adulto cuesta 35,9€ (bebidas no incluidas), el infantil -para niños y niñas de 6 a 10 años- asciende a 17,9€, y los menores de 6 no pagan.
Les Grans Buffets fue fundado en 1989 por el Sr. Louis Privat, y actualmente es el restaurante más grande de Francia, un espacio que pone a nuestra disposición los platos más emblemáticos de la cocina tradicional francesa y lo hace, además, sin limitaciones.
Entre su oferta destaca, sobre todo, su zona de quesos, con más de 111 variedades de quesos de todo el mundo en un rincón de 30 metros. Se trata del espacio con más referencias de queso a nivel mundial. Si sois amantes del queso, os pondréis las botas. Nosotros no sabemos cuántos llegamos a probar, a cada cual más rico. Lo cierto es que, recordándolo, se nos hace la boca agua. Además, la zona cuenta con un maestro Crémier, que os ayudará a escoger entre las diferentes variedades, las cuales ya están clasificadas por tipología e intensidad de sabor. ¡Simplemente espectacular!
En Les Grands Buffets, no obstante, no todo es queso y encontramos también una zona de foie-gras (con hasta 9 variedades distintas), otra de pescado y marisco (con salmón de diferentes tipos, ostras, bogavantes, langostinos, cangrejos...), de sopas, embutidos,... Cuando pasamos ya a platos calientes, tenemos que ir hasta la zona del asador. Entre cazos, cacerolas y ollas, varios chefs te cocinan al momento el plato de carne o pescado que prefieras: magret de pato, bogavante a la americana, solomillo al foie-gras (que podréis ver en las fotos), hígado de ternera con ajo y perejil, turnedó Rossini, rodaballo entero asado, caracoles, cassoulet, ancas de rana... Y, como no, Steak Tartar, otro de los platos que no puedes dejar de probar si viajas hasta allí. El típico en Francia no es el de buey, sino el de caballo... Sí, de caballo. Éramos un propio reacios a probarlo, pero lo cierto es que al final sucumbimos y está delicioso.
Y ya para rematar la jornada gastronómica, no podemos dejar de hablar de su zona de postres. Una zona que hará las delicias de los más golosos, con una fuente enorme de chocolate en la que regar frutas y dulces. Allí encontraremos también más de 50 tartas caseras, elaboradas a diario en el obrador de Les Grands Buffets según las recetas tradicionales de la abuela: Saint Honoré, éclairs, tarta tatin, tartas de chocolate, de frutas,... Y también crepes, helados, macarons y mucho más. Sin olvidar su crema catalana, de la cual dicen que es mejor que las que puedes probar en Catalunya (nosotros no la probamos, así que no podemos deciros si es verdad o no su sentencia).
Para regar todo este festín, nada mejor que un buen vino, que en Francia, de esto, van sobrados. Les Grands Buffets cuenta con una amplia carta de vinos, con 70 referencias, servidas todas por botella o por copas, y a precio de bodega. Según nos contaron, una botella que allí te cuesta 18 euros, en cualquier bistrot de París puede costarte 100 euros, y en el restaurante de la Torre Eiffel, 200.
Le Grands Buffets está dividido en varias zonas. En primer lugar, la zona de restaurante, de corte clásico, con manteles blancos, servilletas bordadas, puesta de mesa impecable,... Esta sala está decorada con materiales nobles, toques vegetales y una iluminación tenue. Integrada en ésta, encontramos también la zona de reservados, con dos espacios para de 10 a 20 personas, en los que disfrutar de la experiencia de manera más privada. Y por último la zona del jardín, la joya de la corona, la cual solo se abre cuando las flores ya han florecido, por lo que la fecha de inauguración del espacio puede variar de año en año dependiendo de las temperaturas. Según nos comentaron, si el jardín no está perfecto, prefieren no abrirlo al público.
Les Grands Buffets está abierto todo el año, de lunes a viernes de 12h a 14:15h y de 19h a 22h; y sábados, domingos, vacaciones escolares y festivos de 11:30h a 14:15h y de 19h a 22h.
Para terminar la ruta por Narbona, nada mejor que mezclarnos con los narbonenses y narbonensas, y el sitio ideal para hacerlo es el mercado local, el mercado Les Halles, un espacio centenario con 70 tiendas de alimentación.
Le Grands Buffets, un buffet de lujo
Visitado el centro de Narbona, nos dirijimos directamente a lo que ahora mismo es uno de los mayores atractivos de la ciudad, Les Grands Buffets. Les Grands Buffets se ha consolidado con los años como una experiencia gastronómica de lujo a precio asequible, por lo que cada día decenas de personas se acercan a Narbona para conocer en su propia piel que es la experiencia Les Grands Buffets. Si queréis ir, de hecho, apresuraros en reservar, no esperéis a plantaros en Narbona y querer comer allí, porque os será imposible. Les Grands Buffets cuenta con una lista de espera de más de dos meses, así que si queréis ir, reservad primero. El menú adulto cuesta 35,9€ (bebidas no incluidas), el infantil -para niños y niñas de 6 a 10 años- asciende a 17,9€, y los menores de 6 no pagan.
Les Grans Buffets fue fundado en 1989 por el Sr. Louis Privat, y actualmente es el restaurante más grande de Francia, un espacio que pone a nuestra disposición los platos más emblemáticos de la cocina tradicional francesa y lo hace, además, sin limitaciones.
Entre su oferta destaca, sobre todo, su zona de quesos, con más de 111 variedades de quesos de todo el mundo en un rincón de 30 metros. Se trata del espacio con más referencias de queso a nivel mundial. Si sois amantes del queso, os pondréis las botas. Nosotros no sabemos cuántos llegamos a probar, a cada cual más rico. Lo cierto es que, recordándolo, se nos hace la boca agua. Además, la zona cuenta con un maestro Crémier, que os ayudará a escoger entre las diferentes variedades, las cuales ya están clasificadas por tipología e intensidad de sabor. ¡Simplemente espectacular!
En Les Grands Buffets, no obstante, no todo es queso y encontramos también una zona de foie-gras (con hasta 9 variedades distintas), otra de pescado y marisco (con salmón de diferentes tipos, ostras, bogavantes, langostinos, cangrejos...), de sopas, embutidos,... Cuando pasamos ya a platos calientes, tenemos que ir hasta la zona del asador. Entre cazos, cacerolas y ollas, varios chefs te cocinan al momento el plato de carne o pescado que prefieras: magret de pato, bogavante a la americana, solomillo al foie-gras (que podréis ver en las fotos), hígado de ternera con ajo y perejil, turnedó Rossini, rodaballo entero asado, caracoles, cassoulet, ancas de rana... Y, como no, Steak Tartar, otro de los platos que no puedes dejar de probar si viajas hasta allí. El típico en Francia no es el de buey, sino el de caballo... Sí, de caballo. Éramos un propio reacios a probarlo, pero lo cierto es que al final sucumbimos y está delicioso.
Y ya para rematar la jornada gastronómica, no podemos dejar de hablar de su zona de postres. Una zona que hará las delicias de los más golosos, con una fuente enorme de chocolate en la que regar frutas y dulces. Allí encontraremos también más de 50 tartas caseras, elaboradas a diario en el obrador de Les Grands Buffets según las recetas tradicionales de la abuela: Saint Honoré, éclairs, tarta tatin, tartas de chocolate, de frutas,... Y también crepes, helados, macarons y mucho más. Sin olvidar su crema catalana, de la cual dicen que es mejor que las que puedes probar en Catalunya (nosotros no la probamos, así que no podemos deciros si es verdad o no su sentencia).
Para regar todo este festín, nada mejor que un buen vino, que en Francia, de esto, van sobrados. Les Grands Buffets cuenta con una amplia carta de vinos, con 70 referencias, servidas todas por botella o por copas, y a precio de bodega. Según nos contaron, una botella que allí te cuesta 18 euros, en cualquier bistrot de París puede costarte 100 euros, y en el restaurante de la Torre Eiffel, 200.
Le Grands Buffets está dividido en varias zonas. En primer lugar, la zona de restaurante, de corte clásico, con manteles blancos, servilletas bordadas, puesta de mesa impecable,... Esta sala está decorada con materiales nobles, toques vegetales y una iluminación tenue. Integrada en ésta, encontramos también la zona de reservados, con dos espacios para de 10 a 20 personas, en los que disfrutar de la experiencia de manera más privada. Y por último la zona del jardín, la joya de la corona, la cual solo se abre cuando las flores ya han florecido, por lo que la fecha de inauguración del espacio puede variar de año en año dependiendo de las temperaturas. Según nos comentaron, si el jardín no está perfecto, prefieren no abrirlo al público.
Les Grands Buffets está abierto todo el año, de lunes a viernes de 12h a 14:15h y de 19h a 22h; y sábados, domingos, vacaciones escolares y festivos de 11:30h a 14:15h y de 19h a 22h.
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