La Florinata: En la Ciudad "Especial Terrazas": Cena bajo las estrellas

Poder observar Barcelona desde la montaña de Collserola es, sin duda alguna, una experiencia ineludible para todo enamorado de la ciudad. La zona del Observatori Fabra y del Tibidabo ofrece una panorámica única y exclusiva de la capital catalana y qué mejor que gozar de dichas vistas mientras te deleitas con uno de los Sopars amb Estrelles. Un dos en uno que te permite disfrutar de vistas, buen ambiente, inmejorable cocina, conocimientos científicos y, como no, de un cielo estrellado que envuelve una noche mágica.

Sopars amb estrelles es una singular propuesta impulsada por Laie y el Observatori Fabra de Barcelona, que combina gastronomía y ciencia e intenta acercar los conocimientos más técnicos a la población de la mano de la Reial Acadèmia de Ciències i Arts de Barcelona (RACAB). A partir de las 20:30h y delante mismo del Observatori Fabra, empieza una noche en la que tras degustar una exquisita cena (a elegir entre diferentes menús según tus gustos), se disfruta de una conferencia sobre un tema científico variable dependiendo del día y de la observación de la luna o de un planeta desde el mismo telescopio Fabra.

Nada más llegar, nos recibieron en la entrada del Observatori con una copa de cava o una copa de cerveza Inèdit. Después, y tras disfrutar del aire y de las vistas del lugar, pasamos directamente a la cena, una cena, por cierto, muy ambientada en el universo y las estrellas y regada con vinos D.O. Rueda y Penedès. De primero: "Plutó i la Nebulosa", vichyssoise de mango con terrina de foie y manzana y helado de queso de cabra.

Después, "La Terra, el Planeta groc y verd", ternera envuelta con pollo de payés, calabaza, higos y espinacas:

Y para terminar, "Voleu la lluna? La teniu al plat", eclipse de luna de chocolate con helado de frutos secos y membrillo de sandía.

Acto seguido, aprendimos con la conferencia "Contaminació acústica i qualitat de vida" de la mano del ingeniero y asesor en materia acústica Enric Grosche. Para más tarde, ver desde dentro el Observatori Fabra y su museo. La única pena fue no poder ver desde el telescopio Saturno, dado que las condiciones metereológicas del momento lo impidieron.