La Florinata: El Bestiari, cuando la cultura popular catalana se apodera de la coctelería de autor

El Born se está convirtiendo, sin duda alguna, en el epicentro de la coctelería de autor de Barcelona. Tras el éxito de Paradiso, Dr. Stravinsky, Mariposa Negra o Monk, llega ahora El Bestiari, de la mano de los creadores del exitoso y premiado Mariposa Negra Bar. Esta coctelería, ubicada en la calle del Rec, no es solo un bar: es un ritual, una experiencia sensorial, un pequeño universo donde la mitología y la mixología se encuentran. Un concepto con alma (y garra). El Bestiari no se conforma solo con servir cócteles. Se trata de n espacio singular, que destila creatividad, donde la alta coctelería se fusiona con el diseño y la historia de Barcelona. ¿Lo vemos?

Como decíamos, El Bestiari no es una coctelería más, sino un universo creativo en el que cada detalle ha sido meticulosamente elaborado por sus fundadores. Detrás de Bestiari están Luca Corradini, reconocido coctelero con experiencia en el legendario Savoy de Londres, y sus socios José Carlos Infante y Teresa Sáez, también responsables de Mariposa Negra Bar. En Bestiari todo es handmade, desde la decoración del local hasta los ingredientes y licores, pasando por los vasos y copas en los que se toman los cócteles. En esta ocasión, no son de cerámica como en Mariposa Negra, sino que están hechos de cobre, inspirados en las tabernas medievales, y están expresamente creados, en un pequeño taller presente en la trastienda del mismo local, para que cada cocktail tenga una identidad única.

La carta de El Bestiari está inspirada en criaturas fantásticas, bestias mitológicas y arquetipos salvajes de la cultura popular catalana medieval y las fiestas populares de los barrios de Barcelona. Seres míticos como el Drac de Ciutat Vella, la Porca de Sant Antoni o la Àliga de Barcelona han servido de inspiración para el diseño de los cócteles. Cada bebida cuenta una historia, y cada historia invita a explorar lo desconocido: ingredientes exóticos, combinaciones audaces y presentaciones que rozan el arte. El espacio: entre sombras y maravillas. El local, de estética oscura y elegante, juega con la penumbra, los reflejos dorados y una decoración que evoca gabinetes de curiosidades y bestiarios medievales. Es un lugar que invita al misterio, al encuentro y al juego. Perfecto tanto para una cita íntima como para una noche entre amigos con sed de descubrimiento.

Probamos tres cocktails diferentes, para todos los gustos. Para mi el Niku Sour, fresco y de sabor mediterráneo, con gin de romero casero, zumo de limón y de melocotón, licor de violeta y merengue. Y los otros dos El Estarrufadet, afrutado y forestal, con limoncello casero, sal del Himalaya, mermelada de fresa, zumo de limón, sirope de boldo, zumo de naranja y esencia de pino; y El Correfoc, ahumado picante y cítrico, con mezcal, licor de cereza, licor casero de chile Scorpion, limón, miel de lavanda y piña. Todos los cócteles están, además, disponibles también en su versión sin alcohol.

Pero eso no es todo. Dos apuntes finales más. El primero: es posible llevarte una de las bestias encantadas de Bestiari a casa. Estas criaturas de cerámica no solo decoran e local sino que están listas también para convertirse en amuletos personales o regalos únicos. Se pueden comprar en el mismo espacio. Y el segundo: Bestiari ofrece una propuesta didáctica única con talleres y masterclasses tanto de coctelería como de elaboración de vajillas.